domingo, 31 de agosto de 2008

TOPONIMIA Y TERRITORIO

Toponimia y Territorio.

Al respecto de la denominada toponimia de un espacio localizado, debemos plantearnos, ¿Qué es la toponimia? La inmensa literatura al respecto señala, en el sentido amplio, que se trata de un inventario de topónimos (es decir, nombres propios de lugares) de una zona determinada, así como el estudio y el análisis de su origen y su significado, en un sentido más estricto:

“es una variante de la lingüística que estudia las propiedades formales, funcionales o léxico - semánticas de los topónimos. Consiste, finalmente, en (...) descifrar los enigmas que se esconden en las interrogantes de quién, cuando, dónde, cómo y por qué se dieron este o aquel nombre a un pueblo, río, montaña.”(p.89)

Terrado explica que los topónimos son palabras que no tienen valor fuera del espacio físico en el que han surgido y en el que coexisten, agregando que la toponimia como ciencia es entrañablemente humana.”(p.90) Son las personas quienes poseen los nombres. La lengua vive en nosotros y somos nosotros quienes podemos tener el gozo de recoger y transmitir los nombres de lugares a las generaciones venideras.

Esencialmente, la relación entre los nombres y el territorio se materializa en dos niveles o sentidos diferenciados: en "sentido común" y en "sentido propio". Por un lado, hablamos de relación entre nombres y territorio "en sentido común" cuando aludimos a nombres que se refieren de un modo genérico al espacio; o, dicho de otro modo, a nombres que conceptualizan el espacio sin individualizarlo.

Cuando hablamos, por ejemplo, de un espacio geográfico como Tucupido el que se caracteriza por la existencia de una serie de relieves colinosos con montañas hacia el Norte, quebradas y río cercano a sus inmediaciones es decir, de unos determinados accidentes o conceptos no individualizados.

Por otro lado, hablamos de relación entre nombres y territorio "en sentido propio" cuando nos referimos a nombres que, con independencia de que conceptualicen o no el espacio, lo individualizan o singularizan.

“La relación entre nombres y territorio "en sentido común" nos permite introducir el concepto de nombre común geográfico. De acuerdo con el planteamiento descrito, nombres como cerros, valles o ríos constituyen ejemplos de nombre común geográfico.”(p.310)A su vez, la relación entre nombres y territorio "en sentido propio" nos lleva a hablar de un concepto correlativo: el nombre propio geográfico (habitualmente identificado como "nombre de lugar" o "topónimo"). En este sentido, el nombre citado Santo Tomas de Tucupio es ejemplo explícito de nombre propio geográfico.

Señala Ortega “entre los nombres comunes y los nombres propios geográficos se dan unas relaciones recíprocas y de una gran trascendencia; sobre todo, si consideramos que los primeros constituyen por lo general la base sobre la cual se forman los segundos"(p.315)Tal relación es evidente en los casos de nombres propios de sentido "transparente" (es decir, cuando el nombre en cuestión refleja de modo directo un hecho real.




Sin embargo, a menudo esta relación o correspondencia es más difícil de establecer particularmente, cuando el nombre propio se ha formado a partir de palabras procedentes de sistemas lingüísticos diferentes o de etimologías complejas. Sin salir del ejemplo citado Tucupio en este supuesto, establecer una hipotética relación entre "nombre común" y "nombre propio" exige descender a las profundidades de la investigación etimológica de la palabra y muchas veces, sin que exista la certeza de unos resultados sólido.

De las consideraciones anteriores, podemos inferir una consecuencia relevante la palabra, el nombre Tucupio, con independencia de su dimensión significativa concreta, es un medio de expresión imprescindible para conocer la toponimia del lugar sobre todo, en la medida en que su estudio exige tomar el territorio como referente permanente.

“La interacción del hombre y su medio ambiente hace que lo conciba a su imagen. Es la razón por la que la designación de un lugar está sujeta a otros tantos miramientos.” 17(p.15). Así que la toponimia podría concebirse como un vestigio arqueológico que transmite la visión religiosa, económica y política de un pueblo, durante una época determinada.

“Esto explica también que los fenómenos toponímicos y etnográficos forman parte de la dinámica que mueve la historia humana y abre las perspectivas de comprensión para las aspiraciones de los hombres.”18 Como se refiere antes, nombrar es una característica esencialmente humana, una manifestación con que el hombre demuestra su capacidad creadora.

17Enciclopedia de los Toponímicos Españoles. p15
18Ortega. N. Ob.cit., p.319
Estratigrafía Toponímica
Cuanto más profundo es un estrato más antiguo es. ¿Qué topónimos se fosilizan? la pérdida de un topónimo se puede dar por desuso y por sustitución con otro, en el caso de Tucupio es sustituido solo el sufijo io por ido; cuando hay un cambio político, una conquista etc. la cultura existente se considera en peligro, elimina lo existente. Este proceso de sustitución se da en muchas circunstancias.

También hay cambios forzosos impuestos de tipo casi siempre político, cuando son difíciles de pronunciar, que son sustituidos, pero en cambio hoy la hidronimia es parte de la toponimia que corresponde al agua, los topónimos propios de los ríos contienen una gran parte de topónimos inexplicables, debido a su antigüedad.

En relación al vocablo Tucupio nombre proveniente de Tucu ¿un árbol o animal? y el sufijo io que significa sobre las aguas o entre ellas, en cuanto a los otros sitios que conforman la población tienen relación con Hatos los datos sobre ellos, en la parte final del siglo XVIII, abonan a su vinculo actual con los caseríos y comunidades rurales de la sub.-región.

Uno de los rasgos más contundentes de este vínculo territorial existe entre el hato, el pueblo de indios y los poblados que surgen de Santo Tomas de Tucupio, es la toponimia, mediante los nombres de estos lugares, que hemos podido documentar que al menos 40 por ciento de todos los nombres de hatos del Sur de Tucupido son atribuibles a antiguos nombres, usualmente anteriores al Siglo XIX.


Al pasar de un mapa detallado a otro menos detallado tendremos que seleccionar la toponímia según la escala tendrá un valor u otro, en un mapa catastral habrá más toponimia que en uno histórico en los que aparece información de montes y hatos antiguos. Por ejemplo, Morrocoyes, San Gerónimo, La Mata y Tembladar, estos nombres, son los legados de antiguos sitios de hatos. En la mayoría de los casos, estos hatos ya existían y estaban denominados mucho antes de que se constituyeran en caseríos donde hoy están ubicados.


La toponimia nos ofrece muchos más datos: Un 35% de todos los hatos de Tucupido tienen nombres de origen antropónimos. Más aún, el 65 por ciento de todos los sitios tienen al menos un lugar referente de topónimo indígena. En curato de Santo Tomas de Tucupido en el siglo XIX predominan: Hato Morrocoyes, El Macho, El Barbasco, entre otros. A pesar de extinguirse, los indígenas aseguraron una presencia toponímica permanente en nuestra vida cotidiana.

Por otra parte, muchos hatos han sido denominados con nombres propios de Santos, por lo que sus topónimos se definen como antropónimos. Algunos de estos nombres corresponden a los colonizadores. Entre ellos cabe destacar los antropónimos de los hatos, Juan Hilario, entre muchos otros.

Otros topónimos antropónimos hacen referencia a la práctica religiosa de los antiguos moradores, dueños de hatos, terratenientes, misioneros religiosos, en el caso particular los frailes toman el nombre del santo que traen y la voz indígena tucupio referida al río fundando el pueblo de Santo Tomas de Tucupio.

Aparte de estas categorías, los topónimos de los hatos, caseríos rurales de Tucupido, también nos ayudan a reconstruir la flora y la fauna de la antigüedad, su representación esta para ambos con altos porcentajes, respectivamente de los topónimos. Algunos topónimos congelaron en el tiempo imágenes de antiguas plantas, como en los hatos Guatacaral, La Ceibita, entre otros. Las especies de nuestra fauna también están presentes en topónimos como: Morrocoyes, El Toro, La leona, La ardita entre otros.